viernes, 26 de abril de 2013

Chipirones Summertime (o encebollados)




Este molusco cefalópodo es la forma juvenil del calamar, más pequeño y tierno. Me apasionan en cualquiera de las formas en que se pueden cocinar, ya sean simplemente a la plancha, encebollados (como es el caso) o rellenos. Tienen una gran cantidad de proteínas y sales minerales  aportando pocas calorías a la dieta ya que contienen muy poca grasa, aunque las preparaciones a los que les sometemos hacen que se disparen, y si pones a su lado un pan rico, no os quiero contar la orgía hipercalórica que podemos montar…

En fin… que empieza el buen tiempo y apetecen estos platos veraniegos, y más tomados al ladito del mar…

Hoy, recuerdo para Ella Fitzgerald con “Summertime” ya que ayer se cumplieron 96 años de su nacimiento. Prodigiosa y seductora voz que acompaña a mis chipis de hoy con su swing incomparable:
http://www.youtube.com/watch?v=XivELBdxVRM

Ingredientes para 4:

          - 1 Kg. de chipirones
          - 2 cebollas grandes
          - 3 dientes de ajo
          - 1/2 vaso de vino blanco o txacolí
          - ¼ vaso de vinagre de módena
          - AOVE
          - Sal

Antes de nada limpiamos bien los chipirones, es lo más engorroso, pero hay que hacerlo concienzudamente para que el plato sea perfecto. Para hacerlo, yo primero tiro de los tentáculos ya que con ello arrancamos las tripas, cortamos las patitas y reservamos, a continuación lavamos bien por dentro el chipirón quitándole la pluma si es que no ha salido pegada a la tripa y por último tiramos de la piel exterior para dejarle blanquito y con esto y la última pasada bajo el grifo estarían listos (yo les doy la vuelta con el dedo y les lavo por dentro antes de volver a ponerles en su posición). Podemos dejar las aletas, si es que no salen al quitar la piel, pero en los chipirones son tan finitas que normalmente se quitan solas y no merece la pena andar limpiándolas. Así que nos quedaría por un lado el cuerpo del chipirón y por otro las patitas.
Ponemos en una cazuela un buen chorro de AOVE a calentar y le añadimos las cebollas y ajos cortados muy finitos en cuadritos con la sal y los dejamos pochar a fuego muy bajo para que no se quemen. Cuando la cebolla vaya poniéndose transparente y esté blandita añadimos el vino blanco y el vinagre de Módena y subimos el fuego para que empiece el hervor y se evapore el alcohol. En este punto añadimos los chipis para que se cocinen con todos los jugos de la cebolla y los líquidos, bajando el fuego a la mitad y dejándolo cocinar por espacio de unos 20 minutos.
No debería hacer falta añadir agua, ya que los chipirones sueltan un poco al hacerse y porque en este caso yo los sirvo con la salsa de la cebolla deshecha, no con una salsa caldosa. Pero eso, depende de gustos.
Fácil, rápido y delicioso.




martes, 16 de abril de 2013

Montando el Pollo (Guiso de pollo tradicional)


Creo que va siendo hora de montar un poyo. Esta expresión proviene de los oradores del siglo XIX que se hicieron muy populares al llegar a un sitio público y montar una tribuna portátil desde la que hablaba a los presentes. Con frecuencia se hablaba de temas políticos que provocaban altercados entre el orador y el público. La tribuna portátil era conocida como “poyo" cuyo significado es “podio”, de ahí que se relacione montar esta tribuna o “poyo” con montar un follón o discusión.

El caso es que llevo tiempo dándome cuenta de que me faltan cosas… no les siento a mi lado, pero sé que están aquí todo el rato, les veo en la tele y en la prensa, les oigo en la radio… una buena temporada quitándome cosas... Mientras doy forma a la idea de montar un poyo, voy a montar un pollo de los que tienen plumas, que por algo se empieza, y así, a ver si me animo.

Joaquín Sabina no sabía “Quién me ha robado el mes de abril?”, pero yo sí sé quién http://www.youtube.com/watch?v=TG3y1btYZ1o

Ingredientes para 4:
          - 1 pollo
          - 1 cebolla
          - ½ pimiento rojo
          - 1 pimiento verde
          - 3 ajos
          - 5 zanahorias
          - 1 tomate maduro
          - 250 ml. de vino blanco o coñac
          - Sal
          - Pimienta
          - 3 hojas de laurel
          - AOVE
          - ½ l. de agua

Pedimos en la carnicería que nos despiecen el pollo para guisar. A mí me gusta dejar los muslos y contramuslos enteros y la pechuga que me la partan en 4 trozos, a parte las alas y si os gusta chupar los huesos que os dejen parte del caparazón, pero yo eso lo aprovecho para mi perro.
Para empezar ponemos un buen chorro de AOVE en la cazuela y ponemos a sofreír con un poco de sal la cebolla, pimientos, tomate (mejor pelado) y ajos en daditos pequeños a fuego medio para que no se queme y vamos cortando la zanahoria en rodajas, que añadimos al sofrito.
Cuando estén todas las verduras en la cazuela a medio pochar vamos incorporando las tajadas de pollo salpimentadas (que habremos lavado bajo el grifo y secado con papel absorbente previamente) para sellarlas en el aceite. Una vez marcadas para que no pierdan jugos durante la cocción, añadimos los 250 ml. de vino blanco y empezamos a dar vueltas hasta que evapore el alcohol, momento en el que subimos al máximo el fuego e incorporamos el medio litro de agua. Cuando comience el hervor de nuevo bajamos a fuego medio, ponemos las hojas de laurel y dejamos cocinar durante 45 – 60 minutos, vigilando que no se consuma demasiado el agua, y si fuera necesario, podemos añadir un poco más.
Al final tiene que quedar suficiente salsita con verduras para acompañar al pollo, eso sí, preparad buena cantidad de pan.. es un plato de untar!