domingo, 18 de agosto de 2013

Retrato en sepia (Guiso de sepia con setas en salsa de piñones y ajo)


Cuando vemos una sepia en la pescadería, normalmente ya está limpia y su color blanco nacarado es lo primero en lo que nos fijamos, pero en realidad antes de llegar al mostrador, tiene una piel de color marrón con manchitas que le sirve para camuflarse dentro del mar. Además de esto, este molusco cefalópodo pertenece a la familia de los que llevan una bolsita de tinta en su interior para lanzar a sus depredadores y despistar en caso de peligro, huyendo entre la confusión negra.
Y luego dicen que los humanos hemos evolucionado… Quiero tener la tinta de la sepia, la piel del camaleón, el caparazón del armadillo, las espinas del erizo y el cascabel de la serpiente…  o eso o ser superwoman… quita, quita, mejor el revestimiento salvaje que ese atuendo hortera.
Me gusta lo salvaje. The Troggs “Wild Thing”: http://www.youtube.com/watch?v=XRXt2A7inIU

Ingredientes para 2:
-         1 sepia
-         500 grs. de setas (pueden ser mezcla, de cardo, shiitake…)
-         200 ml. de vino blanco
-         350 ml. de agua
-         50 grs. de piñones
-         1 cebolla
-         3 ajos
-         Una rebanada de pan
-         AOVE
-         Sal
-         Pimienta

En una sartén ponemos a pochar a fuego bajo la cebolla cortada en juliana con sal en un poco de aceite de oliva y esperamos hasta que este dorada y blandita. Mientras tanto pasamos por el agua la sepia para quitarle restos de telillas o pieles que puedan quedarle de la pescadería, a continuación partimos el cuerpo en cuadritos como de 2 x 2 cm. y separamos los tentáculos en dos o tres partes salteando con un poco de sal en una sartén con AOVE a fuego fuerte para marcarla un poco. Seguidamente la sacamos e incorporamos a la cebolla que ya debería estar pochada y añadimos las setas en trocitos (en mi caso era una mezcla de seta de cardo, shiitake y nameko) al aceite donde hemos cocinado la sepia donde las salteamos también después de salpimentar y una vez terminadas agregamos a cazuela donde están la cebolla y la sepia.
A continuación incorporamos el vino blanco y el agua y subimos el fuego hasta que rompa el hervor, donde bajamos a fuego medio – bajo.
Por otro lado freímos en aceite una rebanada de pan por las dos caras hasta que se dore y reservamos sobre papel absorbente. En un mortero ponemos los ajos junto a los piñones y el perejil y machacamos hasta que quede molido, añadimos la rebanada de pan y seguimos machacando hasta que se deshaga en trozos. Volcamos la mezcla del mortero en la cazuela donde está cociendo el guiso removiendo para que se reparta en el caldo y dejamos cocinar hasta que la sepia esté tierna, unos 45 minutos aproximadamente.


jueves, 15 de agosto de 2013

Tarta de queso con mermelada de arándanos (para regodeo de propios y extraños)

Está claro que últimamente necesito dulce. Algo raro en mí, pero no sé… me lo pide el cuerpo. Intrigada por esta extraña sensación que me invade, he buscado respuestas (bendito Google!) y las he encontrado.
En su día hablé de los efectos que generaban el sol y el buen tiempo (Ensalada “Saltan Chispas”) e investigando veo que hay ciertos alimentos que también producen el mismo resultado que el sol. El dulce, chocolate, queso, nueces y algunas legumbres contienen gran cantidad de la proteína Triptófano, un aminoácido esencial en la producción de Serotonina, responsable final de estados de bienestar, analgésico y antidepresivo natural, inhibidora de ansiedades y pánicos.
Mi subconsciente es igual de hedonista que yo… si me lo pide, se lo voy a dar. Y así, sin ton ni son, la canción de hoy es solo porque me gusta tanto como la tarta de queso y me hace sentir viva, de buen humor y estupenda, así que aquí está la Señora Etta James con “At last”: http://www.youtube.com/watch?v=_Q2rZb7E0EY

Ingredientes:
-         500 ml. de nata para montar
-         500 grs. de queso crema
-         200 ml. de leche entera
-         1 sobre de cuajada
-         3 cucharadas soperas de azúcar
-         Mermelada frutos rojos (fresa, frambuesa, arándanos…)
-         Un chorrito de zumo de naranja
-         200 grs. de galletas María
-         50 grs. de mantequilla

Antes de nada preparamos la base de la tarta machacando en un mortero las galletas, mientras ponemos la mantequilla en un cuenco y calentamos en el microondas hasta que se derrita. Esto conviene hacerlo con pequeños golpes de  pocos segundos hasta que veamos q empieza a fundirse, ya que si lo dejamos mucho tiempo puede quemarse. Una vez que está derretida añadimos la galleta desmigada hasta formar una masa que colocaremos en el fondo de un molde desmoldable (base fija con pared ajustable) y dejaremos en el frigorífico para que solidifique.
Ponemos en una cazuela la leche, en la que diluimos el sobre de cuajada y el azúcar, seguidamente añadimos el queso crema y la nata y mezclamos con la batidora hasta que nos quede una masa homogénea.
A continuación ponemos a fuego fuerte para que rompa el hervor sin dejar de remover con una cuchara de madera, y en cuanto empiece a subir, apagamos y seguimos removiendo hasta que veamos que empieza a espesar.
Vertemos en el molde que ya tiene la base de galleta endurecida y esperamos a que enfríe, momento en que metemos en el frigorífico durante al menos 6 horas.
Cuando esté cuajada la tarta ya podemos ponerle la cobertura de frutos rojos. Yo cojo una buena cantidad de mermelada, en este caso de arándanos, suficiente para que cubra la tarta y la aligero un poco con zumo de naranja mezclándolo en un bol para que pueda extenderse mejor, si la mermelada tiene los arándanos enteros, como en mi caso, la pasé por la batidora para que me quedara una textura más sedosa y se extendiera mejor. Una vez colocada la confitura podemos degustar o devolver al frigorífico si podemos aguantar la tentación.

domingo, 11 de agosto de 2013

Legumbre para días de tormenta (Alubias rojas con costilla adobada)


Según Wikipedia, la tormenta es un fenómeno caracterizado por la coexistencia próxima de dos o más masas de aire de diferentes temperaturas, este contraste desemboca en una inestabilidad caracterizada por lluvias, vientos, relámpagos y truenos.
Está claro que no entiendo nada de física. En este bendito país hay dos masas bien diferenciadas de distintas temperaturas, la masa fría (helada) cuyos máximos representantes de colmillos afilados se frotan las manos al calor de bolsas y sobres de dudosa procedencia y se apoltronan en sus sillones riéndose lascivamente de la otra masa, la masa más grande que en un principio era templadita y cada vez se está calentando más (yo diría que se está poniendo al rojo vivo) pero vive en un estado de permanente quietud aguantando las risas y envites de la masa fría.
Y digo yo dentro de mi ignorancia, no es demasiado tiempo ya el que vienen coexistiendo las dos masas para que estalle de una vez la p**a tormenta?

La Mandrágora “La tormenta”: http://www.youtube.com/watch?v=Aj1gR-bqOxI

Ingredientes para 4:
-         2 frascos de alubias rojas cocidas
-         1 puerro
-         1 pimiento verde
-         3 ajos
-         500 grs. de costillas de cerdo adobadas
-         Pimentón
-         Sal
-         AOVE

Se puede comprar las alubias secas y ponerlas a remojo el día anterior, pero en este caso he utilizado unas de marca La Asturiana que salen ricas y puedes hacer el plato sin tenerlo previsto con anterioridad.
Ponemos en una cazuela un chorro de aceite de oliva y rehogamos a fuego medio las costillas durante al menos 15 minutos, dando vueltas para que se hagan por todos los lados. Una vez las tenemos doraditas, lavamos las alubias y las escurrimos, añadiéndolas a la cazuela junto a las costillas y cubrimos de agua (un par de dedos por encima de las mismas) e incorporamos las verduras en crudo partidas en trozos grandes, sazonando con cuidado porque las costillas al ir adobadas ya le dan un punto de sal. Ponemos a fuego fuerte para que coja calor el agua y cuando empiece el hervor, bajamos a fuego medio-bajo y dejamos cocinar durante cuarenta minutos.
Transcurrido ese tiempo, sacamos el puerro, pimiento y ajos, que ya están cocidos y junto con un poco de caldo pasamos por la batidora, volviendo a incorporarlo a la cazuela, y removemos para que se integre bien.
Hay que vigilar el agua durante la cocción, si merma demasiado hay que añadir más para que no se queden secas, ya que al incorporar el batido de las verduras espesará un poco. El caldito tiene que quedar ligado y con una textura espesita.

domingo, 4 de agosto de 2013

Patatas Importantes (con almejas)



A raíz del plato que voy a cocinar hoy y después de las noticias de estos días no puedo dejar de acordarme de la señora Christine Lagarde, y no, no voy a cocinar buitre. Son unas simples patatas a la importancia a las que he tenido la osadía de añadir unas almejas, claro, esto antes de saber de la proposición del FMI de reducir el 10% en los salarios de los españoles.
Sólo me salen palabras malsonantes de la boca, y para colmo no sé reproducirlas mediante onomatopeyas en la escritura, así que creo que tendré que parar aquí.
Pero por otro lado es domingo y aunque estoy deseando que acabe esta semana infernal, también me apetece aprovecharlo antes de volver mañana a la batalla. Así que por si las moscas voy a gastar ese 10% que aún no nos han quitado en estas almejas y cantar y chillar porque hoy no es el día de los que piensan en lamentos, hoy no es el día de los que tienen todo resuelto.

Prometo buscar onomatopeyas chulas para MCETPM, ATPC y TPMHDP, de momento Depedro “Chilla que tiemble” paredes que gritan que el cielo reviente!!:

Ingredientes para 4:
-         1 Kg. de patatas
-         1 cebolla
-         1 pimiento verde grande
-         4 dientes de ajo
-         Perejil picado
-         Pimienta negra recién molida
-         1 pastilla de concentrado pollo
-         500 grs. de almeja babosa
-         500 ml. de vino blanco
-         1 l. de agua
-         AOVE
-         Harina y huevo suficiente para rebozar

Para empezar pelamos las patatas y las cortamos en lonchas como de 1 cm. de grosor, las salamos y rebozamos pasándolas por harina y huevo y freímos en una sartén con abundante aceite hasta que se doren por los dos lados. A medida que vamos sacándolas de la sartén las ponemos sobre papel absorbente y vamos colocándolas en una cazuela honda una vez eliminado el exceso de aceite.
Terminado el proceso de fritura, en el mismo aceite donde hemos frito las patatas (quitando un poco si nos sobró demasiado) ponemos a pochar la cebolla, el pimiento verde y el ajo cortados en cuadritos con sal y un toque de pimienta negra molida. Cuando la verdura esté blandita añadimos una cucharada de harina y sofreímos con las verduras para que no sepa a crudo e inmediatamente agregamos el vino blanco y el agua, subiendo el fuego hasta que comience el hervor de nuevo, que bajaremos a fuego medio – bajo, y removemos con la cuchara para integrar la harina a la salsa. Aquí yo suelo añadir una pastilla de caldo de pollo desmigada. Ya sé que estas patatas van con almejas y se podría poner la pastilla de pescado, pero en realidad no son unas patatas marineras en sí, con el caldo de pollo potenciamos el sabor del guiso y dejamos que el sabor marinero corresponda solo a la almeja, pero se pude poner como queráis (más o menos sabor a pescado).
Dejamos cocer la salsa unos 15 minutos para que evapore el vino y una vez apagado el fuego y templada un poco, pasamos por la batidora. Esto también es al gusto, si preferís dejar los trozos de verdura enteros también queda bien. En mi caso una vez pasada la salsa, la incorporamos a la cazuela donde teníamos las patatas y ponemos al fuego para que empiecen a cocer.
Tenemos que tener en cuenta que las patatas por dentro siguen duras, así que necesitaremos una media hora de cocción por lo menos, así que la salsa debe ser abundante porque merma bastante, ya que las patatas absorben gran cantidad de líquido. En mi caso cubría las mismas un par de dedos por encima de ellas, pero si vemos que queda poco líquido, siempre podemos añadir un poco más de agua con vino para que no se sequen.
Una vez pasada media hora sacamos una para ver si está hecha, si es así incorporamos las almejas (que habremos pasado por agua previamente para lavarlas un poco) y apagamos el fuego, dejando que se abran con el calor residual de la propia cazuela.
Servimos la ración de patatas con almejas con abundante salsita si nos gusta mojar pan… una delicia!