Nos empeñamos en hacer de lo
fácil complicado, en convertir las cosas claras en puzzles enrevesados, en
intentar engañar a nuestro intelecto con ilusiones de dificultades para
justificarnos. Y casi siempre somos nosotros mismos los que necesitamos ir por
la senda laberíntica que nos entretiene de la evidente y sencilla línea recta.
Hoy reivindico la distancia más
corta para llegar a nuestro objetivo. Esa que casi nunca podemos elegir, la
eterna olvidada por fácil. Entiendo que el camino está condicionado por
factores externos, y es que cuando el viaje no lo haces solo, ay! ya no se ve
la línea tan nítida. Pero no por eso debemos olvidar el camino, está ahí, y a
veces nos llama y tenemos que decir que no. Creo que puede ser justificable
elegir la travesía enmarañada cuando para el resto del equipo es la línea recta,
entonces… vamos! de cabeza con todos los faroles!
Hoy Calle 13 con “Muerte en
Hawaii”: https://www.youtube.com/watch?v=Fs7ysM-CxBE
(pero nunca dejéis de vigilar de reojo la línea recta, siempre se puede volver
a ella)
Ingredientes para 4:
-
1 ¼ Kg de tomates maduros
-
250 grs. de pan de hogaza o pan bregado
-
2 ajos
-
Agua
-
250 ml. de AOVE (si es de Córdoba, lo bordamos)
-
Un chorrito de vinagre de Jerez
-
Sal
-
3 huevos cocidos
-
150 grs. de jamón ibérico
Lo primero es lavar bien los tomates y quitarles el
pedúnculo y las partes verdes o más duras pegadas a él. Los cortamos en trozos
no demasiado pequeños. En este caso, como voy a pasarlo por un pasapuré, no es
necesario pelar los tomates ni quitarles las semillas, ya que se quedará todo
en la criba.
Por otro lado cortamos el pan en trozos y lo
ponemos en un bol, cubriéndolo con los tomates troceados, un chorro de agua y
un poco de sal (el agua depende de la textura que queramos darle al salmorejo,
en este caso puse poco porque además los tomates eran muy jugosos, y a mí me
gusta que quede bastante cremoso). Dejamos 10 ó 15 minutos para que el pan se
vaya empapando.
Seguidamente pasamos por el pasapurés todo el
conjunto y añadimos los ajos, el aceite y un toque de vinagre de Jerez (esto es
opcional) y pasamos por la batidora para amalgamar todos los ingredientes y que
quede una cremita espesa y suave. En este momento podemos corregir de agua si
quedó un poco espeso, o cada uno darle el punto de liquidez que le guste.
Decoramos con huevo cocido y jamón ibérico
picadito.
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