viernes, 8 de marzo de 2013

Solomillo en hojaldre con jamón, champis y cebolla caramelizada (No pienso llamarle Wellington)


En todos los sitios donde se habla del solomillo Wellington cuentan la misma historia aburrida sobre la procedencia del nombre. Se sabe que es por el famoso Duque de Wellington que derrotó a Napoleón en la batalla de Waterloo, pero no a ciencia cierta por qué le pusieron su nombre… blablablá, blablablá… un rollo para, al final, no saber nada concreto.
Así que yo os voy a contar la historia del modesto y menos rimbombante solomillo de cerdo con hojaldre, jamón y champis, que ese sí sé de dónde viene. El solomillo es una pieza de carne situada entre las costillas, sobre los riñones y bajo el lomo (so-lomillo, se mataron con el nombre). El jamón serrano, es el resultado de la salazón y secado al aire de la pata trasera del cerdo. Y el Champiñón es un hongo con pie, sombrero y hasta a veces con anillo!
Pues bien, estos tres elementos tan majos, salieron a tomar una copa, y al final de una noche llena de risas, complicidad y camaradería, se encontraron con la cebolla que les llevó al huerto, convenciéndolos de que eran el cuarteto perfecto para el plato que se serviría al día siguiente en Albóndiga’s Lab. A esas alturas de la película nadie pudo negarse a la cebolla que les trajo directamente a mi horno. Colorín, colorado… mucho mejor que el plasta de Wellington, dónde va a parar!

La canción de hoy, la que utilizó la cebolla para convencer a los demás, “Demasiado corazón” de Willy DeVille: http://www.youtube.com/watch?v=VXujuDnjcqU

Ingredientes:
-         1 solomillo de cerdo de unos 600 grs.
-         1 plancha de hojaldre
-         350 grs. de champiñones
-         4 lonchas de jamón serrano
-         1 cebolla grande
-         3 ajos
-         1 brick de nata para cocinar
-         Sal
-         Pimienta
-         Mostaza de Dijon
-         AOVE
-         1 huevo
-         1 cucharada sopera de miel
-         1 cucharada sopera de azúcar moreno
-         Vinagre de Módena

Limpiamos el solomillo de grasas y telillas y lo salpimentamos para marcarlo en la sartén a fuego fuerte, lo justo para sellarlo y que no pierda líquidos cuando se cocine.
En otra sartén vamos pochando la cebolla que habremos picado en cuadritos con un chorro de aceite de oliva virgen y un poco de sal, todo a fuego suave para que no se tueste. Cuando veamos que está blandita añadimos la cucharada de azúcar moreno y un buen chorro de vinagre de Módena, y dejamos reducir hasta que se caramelice.
Por otro lado picamos los tres ajos finitos y los ponemos a freír en aceite de oliva, añadiendo los champiñones limpios y cortados en láminas salpimentándolos, y una vez que estén cocinados los añadimos a la preparación de la cebolla caramelizada.
Para la salsa ponemos el brick de nata en un cazo y lo ponemos a calentar, antes de que llegue a hervir añadimos un par de cucharadas de mostaza de Dijon (al gusto) y una cucharadita de miel, para suavizar el sabor, dejamos cocer unos minutos dando vueltas para que se integre y corregimos de sal, si fuera necesario.
Una vez que tenemos estas 3 cosas preparadas, cogemos la plancha de hojaldre y la extendemos, luego hacia el medio colocamos las 4 lonchas de jamón serrano juntitas, haciendo una cama para que cubra el solomillo cuando se envuelva, y sobre ellas colocamos la farsa de cebolla y champiñón procurando cubrir toda la superficie del jamón, y dejándolo estiradito, ya que será la parte que quede en contacto directo con el solomillo. A continuación colocamos el solomillo encima, y aquí viene cuando la matan… recortamos el hojaldre a la medida del solomillo para que no nos sobre mucho al envolver y con muuuucho cuidado enrollamos el hojaldre, el jamón y la farsa sobre el solomillo, dejando la parte del cierre hacia abajo. Cortamos el sobrante de los laterales y plegamos hacia abajo de forma que nos quede un paquetito curioso, pudiendo utilizar ese sobrante de hojaldre para adornar el rollo.

Yo suelo ponerlo al horno sobre el mismo papel sulfurizado en el que viene el hojaldre, así que pasamos el solomillo sobre el papel a la fuente de horno, batimos el huevo, pincelamos para que quede doradito y lo dejamos a unos 170º durante media hora aproximadamente.
Si ponemos el ventilador hay que tener cuidado de que no se queme el hojaldre antes de que se haga la carne, así que mejor ir vigilándolo y en caso de ver que se tuesta demasiado, además de quitar el aire, podemos cubrir con papel de aluminio.
Sacamos del horno y dejamos reposar unos minutos antes de comer, acompañándolo de la salsa de mostaza.

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